Crece el misterio por ausencia de tortugas 

Cada año a partir de agosto las tortugas marinas llegan en masa para anidar en las costas del litoral Pacífico de Nicaragua, pero esta temporada solo unas pocas han arribado. 

Aunque el Gobierno sostiene que se trata de los efectos del cambio climático, varios científicos consultados por Acan-Efe tienen sus propias teorías. 

Un experto en cambio climático afirmó que la ausencia de las tortugas no necesariamente se debe a los efectos directos del calentamiento global. 

nicaragua 

Un ecólogo mostró sus sospechas sobre la calidad ambiental que hoy existe en los mares, y un especialista en especies silvestres atribuye el fenómeno a una pausa en el ciclo reproductivo de los quelonios. 

En la temporada de octubre a diciembre pueden aparecer 250,000 tortugas para anidar de forma masiva en varias playas nicaragüenses, más un número no definido que lo hacen de forma individual en el litoral, según la organización ambientalista Flora y Fauna. 

En playas como La Flor y Chacocente se esperaban arribadas de hasta 5,000 tortugas en una sola noche, en cambio, esa cantidad se ha espaciado en más de 10 días, confirmó a Acan-Efe el ecólogo Kamilo Lara. 

La versión dada por el Gobierno, hasta ahora, es que todo se debe al cambio climático, pero los científicos no están seguros. 

“Sería demasiado riesgo decir que hay una relación directa entre el cambio climático y el arribo de las tortugas, sabemos que el océano Pacífico es un lugar de mucha energía” provocada por el sol y por el viento, dijo a Efe el experto en cambio climático José Antonio Milan. 

El cambio climático no puede ser el culpable directo, porque el fenómeno de El Niño, por ejemplo, no depende de eso, y, además, no se hizo presente este año, explicó el científico. 

Si la temperatura del mar tiene alguna influencia, la única explicación que encuentra Milan es un fenómeno “del que no sabemos nada en Nicaragua”. 


La “piscina caliente” 

Se trata del “warm pool” o “piscina caliente”. Dicho fenómeno es normal frente al Pacífico de Centroamérica, y ya hay constancia de que en Guatemala afecta a la pesca del camarón, según Milan. 

Para el ecólogo Lara, experto en regeneración ambiental, es probable que la ausencia de las tortugas en masa esté relacionada con la contaminación oceánica. 

“Recordemos que ellas tienen que venir, porque las tortugas siempre vuelven a la playa donde nacen, pero se internan muy lejos en altamar, no sabemos cómo está la salud de los océanos, hace algunos meses aparecieron delfines muertos en varios países y se descubrió que era por un hongo”, dijo el ecólogo. 

Lara cree que, debido a la suciedad en los mares, es posible que las tortugas estén enfermas, o alimentándose con residuos dañinos, y por eso estén afrontando más dificultades en aparecer en tierra firme. 

Tampoco descartó que embarcaciones pesqueras las estén descuartizando mar adentro. 

El consultor ambiental y exdirector de Áreas Protegidas del Gobierno, Milton Camacho, tiene una opinión distinta. 

“A priori, yo lo consideraría algo normal, porque las tortugas tienen ciclos reproductivos, como las gallinas”, explicó a Acan-Efe Camacho. 


El “tiempo de descanso” 

De acuerdo con el especialista, una tortuga puede volver a una playa cada año para reproducirse, pero al cuarto o quinto año no lo hace, porque “entra en tiempo de descanso”. 

Según Camacho, la pirámide poblacional de las tortugas está compuesta por su nacimiento, etapa juvenil que vive en altamar, la primera madurez, en que se acerca a aguas menos profundas, y el reclutamiento reproductivo, con sus descansos. 

“En La Flor y Chacocente se han presentado antes esos altibajos, no descarto cualquier otro fenómeno, pero hay que investigar”, precisó el experto. 

En eso coinciden los científicos consultados, en que es necesario investigar, especialmente porque todas las especies que llegan; tora, torita, verde, paslama, caguama y carey, están en peligro de extinción, especialmente la última.
 

En Chacocente tampoco hay arribadas masivas 

tortugas

Al igual que en playa La Flor, las tortugas paslama (Lepidochelys olivacea) tampoco están arribando masivamente a las costas de Chacocente, lo cual ha generado interrogantes entre pobladores que se dedican a proteger este especie y a practicar el turismo comunitario. 

Chacocente y La Flor pertenecen al grupo selecto de las nueve playas más importantes del mundo que registran arribadas masivas de la tortuga paslama, y, por ende, se les considera como los dos santuarios de estos anfibios en Nicaragua, sobre todo entre julio y enero, cuando arriban de forma masiva a anidar, pero extrañamente en el actual período no está ocurriendo así. 

cambio climatico 


En Chacocente aún no conocen con exactitud a qué se debe este fenómeno, según lo manifestó don Marcial Chávez, quien pertenece a la cooperativa Cosertuchaco, cuyos miembros se dedican a la protección de estos quelonios y a ofrecer el turismo comunitario dentro del Refugio de Vida Silvestre Río Escalante-Chacocente. 


No han llegado ni 5 mil 

“En años anteriores, para esta fecha ya habíamos contabilizado la arribada de hasta 40,000 tortugas, y ahora no han llegado ni 5,000”, detalló Chávez, quien también realiza trabajos de monitoreo de estos quelonios. 

Chávez no descartó que este fenómeno tenga que ver con el cambio climático. 

De acuerdo con socios de Cosertuchaco, funcionarios del Ministerio del Ambiente y Recursos Naturales, Marena, han llegado a Chacocente a realizar estudios al agua marina, con el objetivo de buscar una respuesta al fenómeno, mientras ellos protegen el refugio las 24 horas del día, y hasta señalaron que cumpliendo con esta misión falleció el joven Odel Chávez Traña, tras ser impactado por un rayo. 

El Refugio de Vida Silvestre Río Escalante-Chacocente nació con el decreto presidencial número 1294, emitido el 17 de agosto de 1983, según registros oficiales. 

A partir de esa fecha, la zona fue decretada como área protegida. El 90% de la reserva está en el territorio del municipio de Santa Teresa, en Carazo, y el 10% en el municipio de Tola, en Rivas. (Lésber Quintero).