Unas historias de mitologia

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Hola que tal Taringueros hoy les vengo a traer; uno poco de historia En particular, de la mitología nórdica/vikinga, Espero que el Post sea de su agrado. No se olviden de dejar un comentario. Dejen cargar el Post.



Pues bien, la historia que voy a narrar es la siguiente: Un día, los dioses estaban preocupados porque Asgard no tenía protección alguna. Ni murallas ni nada. Hasta una vaca podría invadir el reino, si lo quisiera. 

En esto, llegó un jinete ofreciéndose para levantar una señora muralla que rodeara toda la ciudad. Dijo, además, que sería capaz de construir las murallas en tan sólo 16 meses. A cambio por su trabajo, "tan sólo" pedía el Sol, la Luna y la mano de la diosa Freya. Los dioses se escandalizaron ante unas peticiones tan descabelladas, y poco faltó para que Thor le dejara incrustado a Mjolnir en la cara al visitante. Sin embargo, Loki, tras pedir un poco de calma, les dijo:
 

- Si logras construir las murallas en seis meses, trato hecho. 

Y, volviéndose a hablar con los demás dioses, Loki les dijo:
 


- Sinceramente, no creo que este constructor sea capaz de hacer lo que dice. Es más, en seis meses no creo ni que haya llegado a la mitad, así que propongo que le dejemos hacer. Total, como digo, no creo que termine a tiempo, así que por lo menos ya tendremos algo de trabajo adelantado, y no necesitaremos pagarle porque no habría terminado a tiempo.
 

Los demás dioses se mostraron conformes con lo que Loki les había expuesto, y dieron permiso al viajante para que comenzara la obra. También le avisaron que, si no cumplía con lo prometido, no sólo no se le pagaría sino que, además, sufriría las consecuencias por haberse atrevido a pedir la mano de una diosa. El extranjero aceptó, con la condición de que pudiera ayudarse de su caballo, a lo que los dioses también accedieron. 

El constructor se puso manos a la obra. Y vaya si se puso. Estuvo trabajando todo el invierno y, cuando estaba a punto de llegar el verano, la muralla ya estaba casi terminada. Los dioses no podían creer lo que veían. El constructor iba a terminar la muralla a tiempo, por lo que, no sólo tendrían que darle el Sol y la Luna, sino que tendrían que ver cómo una diosa se desposaba con un simple mortal a cambio de un simple trabajo de albañilería. La pobre Freya no paraba de llorar día y noche. Así que Odín, preocupado como no lo había estado nunca antes, fue a hablar con Loki.
 

- Así que no tendría la muralla terminada a tiempo, ¿no? ¡Este simple mortal está a punto de terminarla! ¡Y vamos a tener que ceder a sus peticiones! ¡Tú nos metiste en este problema, así que sácanos tú de él! 

Loki también estaba preocupado, claro. La idea y el consejo habían sido suyos, y no quería ni pensar en las consecuencias que podría tener todo aquello. Así que se puso a pensar en alguna manera de evitar el desastre. Pensó y pensó hasta que se dio cuenta de un detalle fundamental. El caballo del albañil. Sin él, estaba seguro que el trabajador no sería capaz de cumplir con el plazo, así que esa misma noche adoptó la forma de una yegua, haciendo que el caballo del constructor lo siguiera para que no pudiera usarlo al día siguiente. 

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Y así fue. Al día siguiente, cuando el constructor, que se las prometía felices porque iba a terminar a tiempo, vio que su caballo había desaparecido y que no podría terminar sin él, montó en cólera haciendo que se revelara su verdadera identidad, ya que se trataba de un gigante disfrazado de humano. Al verlo, Thor no dudo ni un instante en desapacharlo por la vía rápida de un mazazo. 

Cuando pasó el tiempo suficiente como para que no resultara peligroso, Loki volvió a Asgard aun convertido en yegua y preñado del caballo del constructor. dando a luz poco después a Sleipnir, un formidable y extraño caballo de ocho patas que ofreció como presente a Odín para pedirle disculpas.
 

historia


- Ningún caballo será nunca tan veloz como éste.- Le dijo.- Te llevará a todas partes, incluso a la Tierra de los Muertos y te traerá de vuelta, y te será siempre fiel. 

Y así fue, ya que Sleipnir nunca falló a su nuevo amo.
 



En este caso, se trata del mito de Perseo: 

perseo


Perseo fue un semi-dios de la antigua Grecia, hijo de Zéus y Dánae, una mortal (en este caso, podría decirse que es "primo" de Hércules, ya que también fue hijo de Zeus y un mortal), cuyo padre, el rey Acrisio, había encerrado en una torre para que no tuviera descendencia (el Oráculo había profetizado que su nieto lo destruiría). Cuando el rey se enteró de que su hija había dado a luz, los arrojó a ambos al mar dentro de un cofre, llegando a un reino vecino y siendo acogidos por el hermano del gobernante. 

loki



Y aquí es donde empieza el jolgorio. 

El gobernante de ese reino acabó enamorándose de Dánae, y como pensó que su hijo Perseo podría suponer un estorbo para conquistarla, y sabiendo cómo era él, declaró que todo noble del reino debía regalarle un caballo para conquistar a la princesa de otro país. Pero como Perseo no tenía caballo alguno, no se le ocurrió otra cosa que prometerle la cabeza de Medusa. Con un par. 

El gobernante ya celebraba para sus adentros el tanto que acababa de marcarse, pero no contaba, precisamente, con que Perseo era el hijo de un dios... y vaya si se notó. Recibió una hoz de acero de parte de Hermes, y un escudo espejado de parte de Atenea. Y todos los consejos que necesitara el chaval. Además, por el camino, las nayades le dieron un zurrón mágico para que pudiera meter la cabeza de la gorgona sin problemas. Y lo que es más, el propio Hades le dio unas sandalias aladas y un casco que hacía invisible a quien lo llevara. Así que, cuando por fin encontró a Medusa, Perseo pudo decapitarla sin "demasiados" problemas. Y pudo ver, antes de irse, cómo de la sangre de Medusa nacían Pegaso y un gigante. 

Unas historias de mitologia


Cuando volvía Perseo, feliz y contento, a su hogar paseando por la playa, resultó que se encontró a una chica encadenada a una roca. Esta chica dijo llamarse Andrómeda, hija de Cefeo y Casiopea, y que la habían encadenado ahí para que un monstruo marino se la comiera porque el Oráculo así lo había dicho. Pero como al chico le hizo tilín, pues cortó las cadenas y se la llevó con él, no sin antes dar cuenta del monstruo, que no andaba ya muy lejos. 

Al llegar al reino de Andrómeda, Perseo pidió su mano a sus padres que, como la había rescatado (y que era hijo de Zeus, a ver quién dice que no), aceptaron felizmente la proposición. Pero resultó que Andrómeda ya estaba prometida con un tío suyo, por lo que Perseo también tuvo que luchar contra él. La pelea terminó cuando Perseo, viendo que iba perdiendo, sacó la cabeza de Medusa y se la enseñó al tío de Andrómeda. Finalmente, ambos pudieron casarse, ser felices y comer perdices. Y tener siete hijos (entre los que se encuentra, según cuenta la leyenda, Perses, creador del imperio Persa... qué paradoja). 

Pero aquí no terminaba la cosa. Perseo tenía una deuda pendiente, que era precisamente la de entregarle la cabeza de Medusa al gobernante del reino que los acogió a él y a su madre, así que ahí que volvió. Sin embargo, cuando vuelve, se entera de que todo había sido un engaño para alejarlo de su madre y quedarse con ella (aunque el gobernante seguía sin conseguir nada). Con esto, y que tanto el gobernante como su corte comenzaron a reírse de él y a dudar de que hubiese conseguido la cabeza de Medusa... pues otra vez que volvió a sacarla, dejándolos a todos petrificados. Tras esto, su madre se casa con el hermano del gobernador del reino, quien los había acogido desde un principio y que había llegado a ser como un padre para él. Y como la cabeza de Medusa ya no le servía para nada... pues se la regaló a Atenea, que tanto le había ayudado en su aventura. Desde entonces, la diosa llevaría dicha cabeza en su escudo.
 

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Finalmente, y ahora sí, Perseo decide regresar a Argos, el reino de su abuelo, para conocerlo. Pero como Acrisio tiene miedo por la profecía que decía que Perseo lo mataría, se fue a ver unos juegos que se estaban celebrando en otro reino. Perseo fue ahí también, y mientras buscaba a su abuelo, se apuntó a los juegos como lanzador de disco. Y quiso la mala suerte que, cuando le tocó a él, lanzó el disco con tanta fuerza, tanta puntería y tanta mala suerte, que fue a acertarle a Acrisio en todo el pecho, matándolo del golpe. 

Tras esto, y sintiéndose culpable, Perseo rechazó el gobierno de Argos. En su lugar, se lo cambió a un tío suyo (que también era rey) y construyó la ciudad de Micenas, donde viviría feliz y contento el resto de sus días.
 

Soy un chico que le encanta el mundo de los videojuegos e intento explorarlo al maximo Google

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