Los gritos de la Gloria ante Talleres

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Los gritos de la Gloria ante Talleres

Triunfazo. Pasó del 0-1 al 2-1 ante la T y sus 35 mil hincas (solo hubo público local), con goles de Ábila y Godoy (ex-T) al final, cuando casi lo pierde. Aval para Agüero, el DT definitivo albirrojo. 

Los gritos de la Gloria ante Talleres

Un minuto de silencio para... que está muerto”. El grupo de jugadores de Instituto cantaba y festejaba a más no poder, en el césped del Mario Kempes. Claro. El triunfo sobre Talleres había nacido con el corazón en la mano y a un minuto del final. Cuando había estado a punto de perderlo, en la jugada anterior. 

Era la liberación de muchas emociones contenidas, que explotaban en el pecho. De un grupo que sabe que tiene que jugar para ganar y, en cierta manera, para cobrar. Son los gritos de la Gloria. 

El de un DT como Elvio Agüero que asumió tras la renuncia de Frank Kudelka, y que, por ser de la casa, sabe que sus dirigidos tienen que ganar para que él siga. Que puede pensar en ser un DT con dedicación exclusiva porque su lugar, hasta hace días, era como entrenador de arqueros. Listo para compartir ese gusto con otros oficios como contador o “tachero”, como ya lo hizo. 

Es la luz en la noche, porque para que sea de día falta bastante. Porque triunfos como el de ayer se espera que fortifiquen este repunte albirrojo y también impacten en los ingresos (recaudación y socios). Esos que se necesitan como nunca para sumarse a los aportes de directiva que está presa de un presupuesto tremendo que al no poder cumplir llevó a los jugadores a un paro de tres días, hace un par de semanas. 

“Fue un triunfo muy bueno. No me fui bien de Talleres por muchos motivos. Me dio la posibilidad de jugar al fútbol. Estuve 10 años en el club. Por eso no grité el gol", contó Godoy. 

De ese ramillete de jugadores que cantaba y cantaba se escapaba Lucas Godoy. El del festejo mesurado, por ser astilla de aquel palo albiazul que lo formó. Fue autor de ese 2-1 que siguió al increíble remate de Juan Sánchez Sotelo que dio en un palo, pegó en el otro y salió. 

“Fue un triunfo muy bueno. No me fui bien de Talleres por muchos motivos. Me dio la posibilidad de jugar al fútbol. Estuve 10 años en el club. Por eso no grité el gol. Como tampoco lo hice cuando estuve a préstamo en Guaraní y le marqué”, decía Lucas Godoy quien se fue libre en 2009 a Instituto, luego de debutar en la “T” y descender, sin ganar un peso y rogando para que le hicieran un contrato. El mismo que fue prestado por no tener lugar en Instituto y que quiere reencontrar su lugar. 

Más activo estaba Ramón Ábila, quién había marcado el 1-1 parcial, el día de su cumpleaños 24 y que lo acompañó con el festejo del “Topo” Giggio, lo que provocó la ira de varios jugadores de Talleres y de la gente, aunque luego argumentó que fue “en honor” al ídolo Riquelme. 

Para él también fue un grito de gloria: regresó al club como alternativa y hoy es goleador. El 1-1 de Ábila, el 2-1 de Godoy, los de Agüero (pasó por Talleres como de DT arqueros de Willington, Arzubialde y Reinaldi), ante un Talleres que había arrancado 1-0, ante esas 35 mil personas (partido apto sólo para locales), terminaron armando la escena que pasó a la historia en Instituto. 

Fin de la fiesta 

En el Mundo Talleres, había un malestar palpable. Externo y también interno. Los jugadores y el entrenador Arnaldo Sialle se fueron reclamando por el penal que el juez Alejandro Castro no dio. “Fue determinante”, coincidieron varios sobre la clarísima mano intencional de Pablo De Miranda tras un centro de Juan Sánchez Sotelo, cuando el partido estaba 1-0. 


link: http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=jNJ222ZnG0E 


Tan determinante como el hecho de que Talleres le hizo varios regalos a Instituto. No aprovechar el tanto inicial de Juan Pablo Avendaño, fue el primero. Le siguieron los fallos de Santillo en el 1-1 y de Nicolás Trulls al no despejar bien en el 2-1; además de la falta de juego que limitó a la dupla Sánchez Sotelo-Klusener. 

El centenario embriagó a muchos. Y Talleres despertó con los gritos de la Gloria.

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